Cesca. Historia y curiosidades

La Bauhaus, el homenaje a Thonet, la estructura en voladizo y los problemas con la patente: antecedentes y curiosidades sobre la mítica silla B32.

Diseñada en 1928 por Marcel Breuer, la autoría de la silla ha sido históricamente objeto de controversia.

De estructura de acero tubular, con el respaldo y el asiento compuestos por inserciones de caña tejidas a máquina en marco de madera, combinando la artesanía tradicional con métodos y materiales industriales, la silla Cesca se ha convertido, en uno de los trabajos más exitosos de Breuer, junto con la B3, pero también en uno de los que más disgustos le ha causado.

Marcel Breuer diseñó la silla inspirándose en el acero tubular de su bicicleta, justo un año después de que los diseñadores Mart Stam y Ludwig Mies van der Rohe presentaran, una silla de acero de únicamente dos patas. Después de acusaciones cruzadas sobre quien de los dos se había adelantado en el diseño de la silla en voladizo, Breuer y Stam fueron a juicio y en 1932 un tribunal dictaminó que la patente pertenecía al holandés.

Desde entonces, Thoner empezó a fabricar la silla como la B33, atribuyendo la autoría a Mart Stam, quien quedó como único beneficiario de la producción de la silla recta de dos patas y Breuer desapareció de los catálogos de Thoner.

A pesar de todo, la silla seguía siendo reconocida como un diseño de Breuer en varias revistas y publicaciones. A principios de la década de 1960, la empresa italiana Gavina adquirió los derechos del diseño y optaron por volver a incluir a Breuer como el diseñador original. El fundador y propietario de la empresa, Dino Gavina, decidió que la silla se llamase “Cesca” en honor a la hija de Breuer, Francesca.

En 1968, la patente pasó a manos de la firma neoyorquina Knoll cuando esta compró Gavina, y la silla empezó a hacerse extremadamente popular.

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